Mi estimado lector o lectora, me gustaría hacerte una pregunta y que te la respondas honestamente: ¿Alguna vez has imagindo a gente viéndote cómo desempeñas alguna tarea? ¿Cuándo haces algo te imaginas a alguien admirándote, o quizás, has hecho algo para domostrarle al mundo lo chingón o chingona que eres? Amigo o amiga, si respondiste que sí, es tu ego hablando a través de ti. La realidad es que a la gente no le importa lo que estás haciendo. No me lo tomes a mal. Esto no significa que lo que hagas no sea valioso, simplemente la gente está inmersa en su vida y ocupada en sus múltiples actividades, problemas, sueños, etc. ¡Y qué bueno! Si estás rodeado de gente que se encarga de su vida en vez de estar opinando o “resolviendo” vidas ajenas, te felicito. Ese tipo de gente vale la pena tenerla cerca, pues, en general, la interacción con este tipo de personas es productiva y benéfica para ambas partes. Difícilmente vas a escuchar a estas personas quejándose o criticando a alguien porque están ocupadas viviendo su vida. El escritor Steven Pressfield lo dijo mejor, “No es que la gente sea mala o cruel, simplemente están ocupados.” ¿Recuerdas las preguntas del principio del artículo? Muy bien, pues si tu respuesta fue sí, significa que tienes el ego un poco alto y tiendes a creer que la gente está al pendiente de tu vida, lo cual no es cierto. Si tuviste oportunidad de leer mi artículo “¡Hoy conocí a mi peor enemigo!”, sabrás que el ego es un mal consejero de vida y es el obstáculo principal entre tú y tu felicidad, éxito, paz o como quieras llamar al tan deseado sentimiento de bienestar y tranquilidad. A este fenómeno de imaginar a alguien viéndote desempañar tu vida se le conoce dentro de la psicología como “público imaginario” y, gracias a las investigaciones del psicólogo David Elkind, sabemos que este fenómeno es característico de la adolescencia. Ryan Holiday, en su libro “Ego is The Enemy”, lo ilustra muy bien:
“Imagina a un adolescente de 13 años tan avergonzado que decide faltar una semana a clases, seguro de que la escuela entera está pensando y murmurando sobre el pequeño incidente “vergonzoso” que en realidad prácticamente nadie notó. O bien, imagina una niña adolescente que pasa 3 horas frente al espejo cada mañana como si fuera a salir al escenario. Los adolescentes hacen esto porque están convencidos de que todo el mundo está vigilando cada uno de sus movimientos.”
A pesar de que este fenómeno es común en adolescentes, nadie estamos exentos a vivirlo. Para serte honesto, hasta hace poco, yo tenía mi “público imaginario”, que según yo estaban al pendiente de mi vida. Es por eso que cuando leí esta explicación en el libro de Ryan Holiday, me causó mucho impacto. Es posible que no sea tu caso, y te felicito, pues eso indica que tienes a tu ego controlado; pero si tu también derrepente imaginas a gente viendo tu vida, te recomiendo que prestes más atención a tus pensamientos e identifiques cuando lo hagas. Créeme, cuando ese ”público” se extingue, tu tranquilidad, y enfoque para llevar a cabo cualquier actividad, son mucho mayores. Cuando te descrubras haciéndolo, pregúntate lo siguiente: ¿En verdad soy tan arrogante como para creer que el mundo gira entorno a mi vida? O bien, si de plano quieres seguir teniendo a tu “público imaginario”, imagina un cine en donde las personas sentadas en las butacas son clones tuyos del pasado viendo tu vida presente, porque a final de cuentas, tú y nadie más que tú debe ser quien vigile, juzgue y mejore sus propios hábitos y decisiones. En pocas palabras, que te valga un pepino lo que la gente piense o no piense de ti. Enfócate en tu vida y tus decisiones y queda bien contigo mismo. Decide vivir sin apantallar a nadie, y vivirás libre de inseguridades.
Si te interesa profundizar en el tema del ego, te recomiendo ampliamente el libro ”Ego is The Enemy” de Ryan Holiday.
Gracias por haber leído el artículo y, como siempre, ¡espero que haya agregado valor a tu vida!
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